Sé que no es una receta en sí, puesto que sólo se necesita un ingrediente; pero, os voy a enseñar la mejor forma de hacerlas. No es una receta tanto de chef, sino de que normalmente no las solemos comprar para hacerlas nosotros, sino que nos gastamos en doble o el triple comprándolas ya asadas (que para veces puntuales está bien, pero es un alimento maravilloso, que en época de otoño-invierno, no hay mejor opción).
Preparación:
Precalentamos el horno a 200ºC durante 10 minutos. Y mientras tanto, vamos haciéndoles a las castañas una pequeña incisión en cualquier parte de la cáscara (más fácil poniéndolas “de pie” haciéndoles la incisión desde arriba) hasta llegar al fruto, y ahí, parar. Una vez tengamos todas cortadas, las colocamos sobre una bandeja de horno, y al lado de estas colocamos un recipiente (apto para el horno, de silicona, por ejemplo) lleno de agua, para que les aporte humedad, sin necesidad de mojarlas: este agua se irá evaporando y aportará humedad dentro del horno). Las introducimos en el horno, y las tenemos aproximadamente, unos 20 minutos a 200ºC.
Las sacamos, y listas para disfrutar.
También podemos guardarlas en un recipiente e ir comiéndolas cuando nos apetezca.
De esta manera, miramos por nuestro bolsillo, y por nuestra salud cardiovascular (y además, lo mejor, no engordan).
