¿Quizás sal de escamas? ¿Quizás sal gruesa o sal fina? ¿Quizás sal de Salinas de Añana o sal del Himalaya?…
La verdad es que ninguna de esas, al menos en nuestro día a día. La que deberíamos utilizar y la que recomiendan todas las autoridades serias y prestigiosas relacionadas con la nutrición es la SAL YODADA (de hecho, es la más barata), una sal fortificada con YODO (para que sea sal yodada, así lo debe indicar en la etiqueta).
Tanto la Organización Mundial de la Salud como el Ministerio de Sanidad recomiendan el uso de esta sal. Esta recomendación asciende a una cucharilla de té (2 gramos) de sal yodada diaria para llegar a los requerimientos de yodo necesarios para el cuerpo (utilízala para aliñar tu ensalada, preparar tus sopas de verduras, para las verduras al horno o salteadas, y para lo que quieras; pero, eso, una pizca).
Y, ¿por qué? Porque nuestro organismo necesita llegar a unos requerimientos de YODO a los cuales es imposible llegar a través de la dieta…por mucho pescado o lácteos (estos contienen yodo, porque las vacas toman piensos fortificados en este mineral) que tomemos (habría que tomar cantidades muy altas de dichos alimentos, y ello contribuiría al desplazamiento de otros alimentos saludables aún más necesarios en nuestra dieta; como son las frutas y verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales,…).
El yodo es un mineral esencial para el organismo (esencial significa que nuestro cuerpo no está capacitado para sintetizarlo o elaborarlo por sí mismo, y debe tomarlo a través de la dieta; pero en este caso, la dieta no es suficiente para alcanzar los requerimientos, y no queda otra que tomar SAL YODADA).
El yodo es un mineral que es absorbido en el tracto intestinal y trasportando a través de la sangre hasta la glándula tiroides. Esta glándula es fundamental para nuestro organismo porque regula el consumo de energía de nuestro cuerpo. Si sufrimos un déficit de yodo podemos padecer cansancio, desánimo, ganancia de peso y sequedad cutánea y, en las personas adultas, un consumo dietético insuficiente y mantenido es motivo de bocio, una de las enfermedades del tiroides que se traduce en el crecimiento anormal de esta glándula. Por eso es importante consumirlo de manera habitual.
Durante el embarazo, por el estado en el que se encuentra la mujer, los requerimientos son aún más altos. El déficit en el feto debido a un inadecuado estado nutricional de la madre se asocia con una mayor incidencia de abortos espontáneos, anomalías congénitas, mortalidad perinatal e infantil, defectos del desarrollo psicomotor y, en casos de deficiencia grave, puede provocar cretinismo (enfermedad que se caracteriza por retraso físico y mental).
¡Menos pastillas de caldo y más (poquita, también) SAL YODADA!
¿Necesitas animar tus sopas y cremas caseras de verduras? Échales una pizca de sal yodada y todas las especias que te gusten =)
Si nos pasamos de sal, nuestro cuerpo va a tender a retener líquidos…