Si os gusta la lasaña, hoy os traigo una opción saludable, que no tiene absolutamente nada que envidiar a la lasaña convencional que de saludable suele tener poco.

Os traigo una opción vegetariana, si os animáis a elaborarla, ¡ya me contaréis!

Si vienen amigos a casa, ni lo dudéis =)

INGREDIENTES:

Ingredientes de la lasaña:

  • 6 placas de lasaña sin gluten (Yo las he comprado en Mercadona; están hechas de arroz, maíz y quinoa) (Si alguien las encuentra integrales, también son válidas) (Para que la lasaña sea más saludable, no sirven las de trigo refinado de toda la vida)
  • 2 calabacines medianos
  • 3 zanahorias
  • 1 puerro
  • 6 cucharadas de tomate triturado
  • 200g de soja texturizada
  • Queso fresco mozzarella
  • Aceite de oliva
  • Especias al gusto (orégano,…)
  • 1 pizca de sal yodada

 

Ingredientes de la bechamel:

  • ¾  l de leche de soja
  • 50 gr de harina de arroz / maíz
  • 1 chorrito de aceite de oliva
  • Nuez moscada
  • Pimienta negra molida
  • 1 pizca de sal yodada

 

PREPARACIÓN:

Ponemos la SOJA TEXTURIZADA a remojo durante 20 minutos.

Mientras tanto, picamos las verduras finamente y las ponemos a rehogar.

Las verduras que yo he utilizado pueden variar; aquí, para gustos colores. Eso sí, ir añadiéndolas a la sartén según la dureza de cada una (empezamos con la zanahoria, y luego añadimos el resto).

Salar un poco y dejar rehogando a fuego lento.

Cuando las verduras estén cogiendo color, añadimos la soja texturizada (nos deshacemos antes del agua del remojo).

Mientras se termina la cocción de las verduras y la soja texturizada, ponemos una olla de agua a hervir con una pizca de sal yodada, y cuando empiece la ebullición, sumergimos las placas de lasaña. Un truco para que no se peguen tanto unas con otras es añadir unas gotitas de aceite al agua de cocción y sumergirlas entrecruzándolas (aunque en la caja ponga que las placas ya están precocinadas y no es necesario cocerlas de nuevo, yo lo haría; puesto que es posible que queden un poco duras si no realizamos este paso).

Añadir el tomate triturado y una pizca de pimienta negra molida a las verduras que se están rehogando y dejar unos 5 minutos más (Para retirarle esa posible acidez al tomate, mientras se va cocinando podemos añadir a la sartén un par de dátiles (dátiles, sin azúcar añadido) y en el último momento retirarlos. De este modo, conseguimos retirar esa acidez que suele dejar el tomate sin la necesidad de añadir azúcar).

Una vez cocidas las placas (en este caso 5 minutos) cortar la cocción con agua fría y comenzar a montar la lasaña en una fuente resistente al horno. Bueno, esto es fácil, ya sabéis, una capa de pasta, otra de relleno, otra de pasta…Es decir, colocamos 2 placas abajo del todo, juntitas, y sobre éstas, añadimos nuestra mezcla de verduras, con soja texturizada y salsa de tomate; de nuevo, sobre las verduras, otras 2 placas, y sobre éstas, el relleno…así hasta hacer 3-4 pisos, aprox.

Elaboración de la bechamel:

En un recipiente alto poner al fuego el aceite de oliva y la harina de arroz, mezclar removiendo con una varilla hasta que la harina comience a rehogarse. Añadir entonces de una vez la leche de soja que sin dejar de remover a fuego lento. Añadir sal, pimienta negra molida y nuez moscada molida al gusto. Seguir removiendo con la varilla, estará lista cuando comience a hervir.

Importante para a quien la bechamel se le resista, y esto sirve para cualquier tipo de bechamel, es que la harina tiene que rehogarse y luego cuando se le añada la leche tiene que llegar a hervir, sino, sabrá a harina cruda.

Según mi experiencia para evitar los dichosos y temidos grumos es importante escoger un recipiente alto, usar unas varillas para mover y que la leche esté templada.

Para finalizar, verter la bechamel por encima de la lasaña, y añadir sobre las 2 últimas placas unos cuantos trozos de queso fresco mozzarella y meter en el horno precalentado a 180® durante 20 minutos.

¡A ver qué tal!

No tiréis la toalla si no os sale súper bien a la primera; la cocina, es,…prueba y error. Así hasta dar con la clave.

Si tirásemos la toalla en la vida cada vez que fallamos, ya sabemos que poco vamos a conseguir.

Suerte y, ¡a por todas!

 

 

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